“Me gozo en las obras de tus manos”

Salmo 91, 5.

sábado, 28 de noviembre de 2009

El ver lo que está feo lo padezco...


El ver lo que está feo lo padezco
de nacimiento, y eso no se quita.
Y así como lo hermoso me enajena
confieso que lo necio me asesina.

Es el don doloroso del poeta
su doble percepción y doble vista.
El que ve la belleza ve lo feo
y es triste. Mas, cantado, es poesía.

Leonardo Castellani

Amigos de Dios



AMIGOS DE DIOS

Los amigos de Dios son mis amigos,
viven y sufren el mundo como yo;
son peregrinos que anhelan el cielo,
y en su silencio anida una oración.

Mis amigos son los que aman a Dios
con sus buenas obras y oculto dolor;
no buscan recompensa en este mundo,
y son como uno cuando están de a dos.

Los amigos de Dios son mis amigos,
por ellos conozco lo que es el amor:
sufrir unidos junto al vino bueno,
apurar el cáliz de la salvación.

F. M.


Lo que da valor a una vida...



“Lo que da valor a una vida son las tentaciones a las que no se ha querido ceder. La frondosidad de un árbol viene de aquellas ramas que a tiempo fueron podadas. El clasicismo de una obra de arte vale lo que valen las expresiones que se han sacrificado por ella. Fuerte es una prosa por las cosas que en ella no han sido dichas. Fuerte es un poema por las imágenes en él desechadas. Fuerte una arquitectura por los ornamentos de los que se han sabido prescindir. Y un amor, fuerte por los besos que no se han dado”.

Eugenio d’Ors, Glosario, VII-1914.

El jardín de las rosas


“Uno es para otro o rosa que da fragancia, o espina que hiere”.

Thomas de Kempis

El caballero de la mano al pecho


EL CABALLERO DE LA MANO AL PECHO

Este desconocido es un cristiano
de serio porte y negra vestidura,
donde brilla nomás la empuñadura
de su admirable estoque toledano.

Severa faz de palidez de lirio
surge de la golilla escarolada,
por la luz interior, iluminada,
de un macilento y religioso cirio.

Aunque sólo de Dios temores sabe,
porque el vitando hervor no le apasione
del mundano placer perecedero,

en un gesto piadoso, y noble, y grave,
la mano abierta sobre el pecho pone,
como una disciplina, el caballero.

Manuel Machado

Si tengo que ser un camino...


“Si tengo que ser un camino prefiero serlo por torrentes, por arroyos del Parnaso que por alcantarillas de ciudad”.

Thoreau

El caminante


EL CAMINANTE


Ven a mí, silencio esquivo,
ven sin tardar, o dime dónde estás,
dime cuál es el camino,
dímelo pronto, que a ti he de llegar,
con el afán renacido,
la frente alta y el corazón en paz.

Haz que me sienta vivo,
que a la muerte del alma la deje atrás;
haz que a Ti me sienta unido,
como agua de río que muere en el mar;
o como ave con su trino
que vuela lejos en la inmensidad.

Haz que no pierda el camino
por dar vuelta el rostro y mirar atrás;
que no tome el fácil desvío
que en la noche oscura me ha de tentar;
sé Tú siempre mi amigo,
dirige mis pasos hacia tu Ciudad.


F. M.

El Angelus


EL ANGELUS


Ángelus Dómini nuntiávit Maríæ
Et concépit de Spíritu Sancto

Ave María...

Ecce ancílla Dómini.
Fiat mihi secundum verbum tuum.

Ave María...

Et Verbum caro factum est.
Et habitávit in nobis.

Ave María…

Ora pro nobis, sancta Dei Génitrix.
Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.


Dios habla también...


“Dios habla también al hombre en los nubarrones de las cumbres, el rugido de los torrentes, en la pendiente abrupta de los desfiladeros, en el esplendor deslumbrante de las nieves eternas, en los charcos que tiñe de sangre el sol en el ocaso, en el viento que desnuda a los árboles. La naturaleza respira la omnipotencia de Dios, sonríe en el gozo de Dios, se esconde de su cólera y, al mismo tiempo, sonríe a aquél que es eternamente joven, con la sonrisa de su propia juventud. Porque el espíritu de Dios, del que vive la naturaleza, es un espíritu eternamente joven, que se renueva incansablemente, un espíritu igualmente fecundo en la nieve y en la lluvia y en la niebla, porque de éstas procede la vida, brota la esperanza y se renuevan millares de veces todas las prerrogativas de la juventud”.

Beato Contardo Ferrini (1859-1902)

Fruto seguro de la palabra divina



SALMO 1
Fruto seguro de la Palabra divina

¡Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los malvados,
ni pone el pie en el camino de los pecadores,
ni entre los burladores toma asiento,
mas tiene su deleite en la Ley del Señor,
y en ella medita de día y de noche!
Es como un árbol
plantado junto a ríos de agua,
que a su tiempo dará fruto
y cuyas hojas no se marchitan;
todo cuanto hiciere prosperará.
No así los malvados, no así.
Ellos son como paja que el viento desparrama.
Por eso en el juicio no estarán en pie los malvados,
ni los pecadores en la reunión de los justos.
Porque el camino de los justos lo cuida el Señor,
y el camino de los malvados tiene mal fin.
(Traducción de Mons. Juan Straubinger)